Si a cualquier persona le hablamos de los problemas de salud que genera la alteración de los niveles de hierro en el cuerpo, la gran mayoría se centrará en la carencia de este mineral y que suele conocerse como anemia. Pero, aunque sea menos conocido, el exceso de hierro también presenta alteraciones graves para las personas y una enfermedad conocida como hemocromatosis. La acumulación de ferritina a la larga resulta tóxica para las personas y genera problemas graves o muy graves en órganos vitales como el hígado, el páncreas o el corazón.

La hemocromatosis afecta a menos personas que la anemia. Quizá por eso es una enfermedad menos conocida por la población en general. En la mayoría de los casos, esta patología es hereditaria y su causa hay que buscarla en la mutación de uno o varios genes. Como resultado de esta alteración, el cuerpo no elimina el exceso de hierro y lo almacena hasta llegar a niveles patológicos.

Lo ideal es un diagnóstico temprano para tratar este problema a tiempo y evitar males mayores. Pero, junto con la medicación o las sangrías que deberán practicarse al paciente, hay pautas nutricionales y remedios caseros que pueden ayudar a llevar mejor la enfermedad. Hoy vamos a repasar algunos de ellos, con el objetivo de ampliar el conocimiento general sobre esta enfermedad, sus consecuencias y cómo tratarla. No obstante, recomendamos acudir a un nutricionista o dietista que, junto a nuestro médico, nos guíe para limitar el hierro que ingerimos a través de la alimentación.

En este caso, lo aconsejable es tomar como punto de partida una dieta típicamente mediterránea, limitando en lo posible el aporte de hierro. Es decir, comer mucha fruta, verdura, hortalizas, cereales, legumbres y otros alimentos vegetales. Controlar la ingesta de carnes blancas, pescado, huevos y limitar en lo posible los alimentos ricos en azúcar y grasas.

De cualquier manera, lo que hay restringir son los alimentos ricos en hierro, como aquellos que lleven sangre. Es decir, morcilla, vísceras y cosas así. También hay que evitar la carne roja en general, los pescados y los mariscos. Y dejar para ocasiones especiales algunos frutos secos ricos en hierro, como los pistachos, las pipas o los piñones. Por otro lado, hay alimentos que reducen la absorción de este mineral, por lo que resultaría aconsejable ingerirlos cuando comamos lo que no debemos, para mitigar el aporte de hierro. Este es el caso del té, las granadas, el caqui y las verduras de hoja. Otro elemento a tener en cuenta es que el calcio pone trabas a la asimilación del hierro. Por eso, si comemos acelgas, espinacas o lechuga podemos acompañarlas de queso, yogur o leche para reducir sus aportaciones minerales al organismo.

Otra cuestión importante es que la vitamina C es muy amiga del hierro, con lo cual haremos lo posible para no juntarlos. Podemos ingerir los saludables zumos de frutas cítricas entre horas y así no los combinamos con otros alimentos a la hora de comer o cenar. Por descontado, daremos la espalda a los alimentos o complementos alimenticios con aportaciones extra de hierro y no abusaremos del azúcar, dulces o productos muy azucarados. Esto último tiene que ver con que la hemocromatosis afecta al páncreas y suele degenerar en diabetes mellitus. Por tanto, es recomendable una dieta sin aporte de azúcar.

También hay una serie de alimentos amigables con el hígado porque lo refuerzan y mejoran su funcionamiento. Es el caso de las verduras con cierto sabor amargo, como la endibia, el cardo o la escarola. Las personas afectadas de hemocromatosis deben evitar a toda costa el consumo de alcohol porque afecta directamente al hígado.